Un joven que fue abandonado por su padre cuando era niño y vivió en la calle durante años superó varios desafíos después de reconocer a Jesús como Señor y Salvador.
Danilo Vieira y su hermana gemela nacieron en 1998, en el estado de São Paulo. Poco antes de dar a luz, la madre descubrió que tenía VIH y murió tras el nacimiento de sus hijos.
Antes de fallecer, pidió a los médicos que cuidaran a los bebés. Posteriormente, el padre de Danilo, que era alcohólico, abandonó a sus hijos recién nacidos en un vertedero de São Paulo.
Rescatados por las autoridades, los niños fueron enviados a refugios. Así, Danilo creció y fue testigo de diferentes tipos de abuso.
Tiempo después, Danilo conoció a una mujer llamada Lúcia, quien lo acogió y le dio un hogar temporal.
Durante este período, Danilo también conoció a Ángela, una joven cristiana que lo llevaba a la iglesia y siempre compartía el Evangelio con él.
Así, Danilo consiguió su primer trabajo como joven aprendiz en la empresa sanitaria “Total Med Care”.
“Era como si Dios me estuviera abriendo puertas. Finalmente tuve algo propio, algo que me hizo sentir digno”, dijo.
Con el tiempo, Danilo creció profesionalmente. Este año, después de estudiar la Biblia con otros miembros de la iglesia y participar en un programa espiritual, decidió que quería bautizarse.
“Me sentí conmovido. Entendí que Dios siempre estuvo conmigo, incluso en los momentos más oscuros”, testificó.
“Hoy puedo decir que mi vida es un milagro. No es fácil, pero sé que Dios me dio un propósito”, declaró Danilo.
Hoy, Danilo comparte su historia como testimonio de la gracia de Dios : “Si mi historia puede llegar a una sola persona, todo valdrá la pena”, concluyó.