Las inundaciones repentinas en España convirtieron las calles de los pueblos en ríos, arruinaron casas, interrumpieron el transporte y un saldo fatal de 95 personas en el peor desastre natural que golpea a la nación europea en la memoria reciente.
Las tormentas que comenzaron el martes y continuaron el miércoles provocaron inundaciones en el sur y el este de España, desde Málaga hasta Valencia. Los torrentes de barro arrastraron vehículos por las calles y objetos domésticos se aglomeraban en el agua. La policía y los servicios de rescate utilizaron helicópteros para sacar a las personas de sus casas y botes de goma para llegar a los conductores varados en los techos de los vehículos.
Los servicios de emergencia de la Comunidad Valenciana (este) confirmaron el miércoles un saldo de 92 muertos, dos heridos más en la vecina Castilla La Mancha y un fallecido en Andalucía (sur).
“Ayer fue el peor día de mi vida”, dijo el miércoles a la cadena nacional RTVE Ricardo Gabaldón, alcalde de Utiel, una localidad de Valencia. Según dijo, seis vecinos fallecieron y hay más desaparecidos.
“Estábamos atrapados como ratas. Los autos y los contenedores de basura se movían por las calles. El agua había subido hasta tres metros”, dijo.
El gobierno de España declaró tres días de luto a partir del jueves.
“Para aquellos que están buscando a sus seres queridos, toda España siente vuestro dolor”, dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un discurso televisado.
El personal de rescate y más de 1.100 soldados de las unidades de respuesta a emergencias de España fueron desplegados en las zonas afectadas. El gobierno central de España creó un comité de crisis para coordinar las tareas de rescate.