El huracán Helene, que tocó tierra en la región de Big Bend de Florida antes de arrasar Georgia, las Carolinas, Virginia y Tennessee, ha dejado más de 60 muertos y millones sin electricidad. En respuesta, organizaciones cristianas se movilizaron rápidamente para brindar ayuda crítica en casos de desastre en todo el sureste de los Estados Unidos.
El huracán, que inicialmente tocó tierra como una tormenta de categoría 4, trajo vientos devastadores, fuertes lluvias e inundaciones generalizadas, que afectaron particularmente a Florida, Georgia, Carolina del Norte y Tennessee. Los daños han sido catastróficos.
Helene había dejado al menos 63 muertos en cinco estados, hasta la madrugada del domingo, según informes de las autoridades respectivas.
Se informo que al menos 20 personas murieron en Carolina del Sur, incluidos dos bomberos en el condado de Saluda. En Georgia, el número de muertos ha llegado a al menos 17, con dos muertes causadas por un tornado en Alamo. El número de muertes confirmadas en Florida ha aumentado a 11, incluidos varios ahogamientos en el condado de Pinellas. En Virginia, una persona murió en el condado de Craig debido a la caída de un árbol y el colapso de un edificio relacionados con la tormenta.
Frente a este panorama estas organizaciones cristianas han brindado acompañamiento y ayudas a los damnificados. Dentro de las ayudas esta comestibles, agua, elementos de higiene entre otros.