El auge de la inteligencia artificial (IA) ha traído consigo animadas conversaciones sobre nuevas posibilidades tecnológicas, advertencias y preocupaciones sobre posibles abusos y usos indebidos.
El Dr. John Plake, director de programas de la Sociedad Bíblica Estadounidense, dijo a CBN News que su organización se propuso en su encuesta anual "Estado de la Biblia" "observar este ángulo único sobre la Biblia y la tecnología".
La Sociedad Bíblica Estadounidense frecuentemente hace preguntas específicas sobre las intersecciones de la fe y la tecnología, pero con el debate sobre la IA expandiéndose rápidamente en los últimos meses, los investigadores decidieron hacer a la gente una serie de preguntas positivas y negativas sobre esta herramienta
“Analizamos cosas como: '¿Se puede confiar en la IA para el razonamiento moral?' o, '¿Estaría en contra de que AI ayude a su pastor a preparar su sermón o tal vez prepare el sermón y su pastor simplemente lo pronuncie?' – Cosas así”, dijo Plake. “Le preguntamos: '¿Cree que la IA va en contra de la enseñanza bíblica?'”
Luego, el informe “El estado de la Biblia” desglosó los resultados por generación y nivel de compromiso con las Escrituras, y la encuesta arrojó algunos hallazgos fascinantes:
"Las personas que están más comprometidas con las Escrituras tienden a ser más escépticas con respecto a la inteligencia artificial", dijo Plake. "Y creo que parte de eso es que están sintonizados con los riesgos morales que surgen cuando pensamos en que las máquinas piensan por nosotros".
Los encuestados comprometidos con las Escrituras fueron menos optimistas sobre los beneficios futuros de la IA, menos propensos a creer que ayuda al razonamiento moral y menos propensos a verlo como prácticas espirituales enriquecedoras o que promueven la "salud espiritual".
Sin embargo, no son sólo los cristianos los que son cautelosos. El público en general parece abrumadoramente inseguro de lo que depara el futuro y parece estar más impulsado por el miedo que por el entusiasmo por lo que está por venir.
Los resultados encontraron que el 68% del público no estaba de acuerdo con la idea de que la IA pudiera "promover la salud espiritual" y el 58% tampoco estuvo de acuerdo cuando se les preguntó si podría "ayudar al razonamiento moral".